EN LA RETINA DE W.G.SEBALD
Hay escritores que han generado un mundo propio tan específico, tan preciso, que su nombre ha dado lugar a un adjetivo. Todos imaginamos algo bastante concreto cuando nos dicen que una situación es kafkiana o que un panorama es dantesco. Podemos incluso hablar de paisajes wagnerianos, y diría que en este caso el adjetivo no nace estrictamente de la música, sino de la narrativa, del mundo narrado. Casi en todos estos casos, la fuerza evocadora de estos nombres procedentes de la literatura hace que sea posible precisamente imaginar mundos, es decir, pasar del reino de la abstracción, que es el de las palabras, al reino donde todo debe convertirse forzosamente en concreto y singular, que es el de las imágenes.
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